(MUY IMPORTANTE: PROPUESTA DE MEDITACIÓN SÓLO PARA AQUELLOS QUE QUIERAN REALIZARLA. NO ES TAREA DEL COLEGIO. NO ES OBLIGATORIO)
Ayer tuve una larga charla con una antigua alumna del
colegio. Hacía tiempo que no hablábamos y me hizo ilusión saber de ella.
Una de las cosas que me dijo fue que hacía yoga y meditación
a diario. Una cosa le había llevado a la otra. Y me contó que, tras su primera
experiencia meditativa, lloró de alegría.
Puede parecer exagerado, pero no lo es. Ella, que es una
persona luminosa, se sintió sobrecogida al contemplarse por primera vez por
dentro.
Algo que estamos perdiendo es nuestra capacidad
de asombro. ¡Hemos visto tantas cosas por la tele, tantas películas, tantos
efectos especiales! También ahora por Internet: hay aplicaciones para casi
todo. Todo es posible y, por lo tanto, todo es esperable. Sólo es cuestión de
que a alguien se le ocurra y que en Silicon Valley se pongan a ello. Las
posibilidades parecen infinitas.
Por eso hay que mirar hacia dentro, a lo que no es
programable ni obvio. Hay que mirar a donde nadie parece mirar nunca.
Buen camino.
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