Hola, queridos, buenos días:
Ayer hablábamos de INVERSIÓN. La definíamos y veíamos cuáles son las tres variables que debemos tener en cuenta a la hora de analizar una inversión.
Bien, pues básicamente nos encontramos con dos tipos de productos:
INVERSIÓN EN RENTA FIJA
Este tipo de productos proporcionan una rentabilidad establecida de antemano en un plazo determinado. Estas herramienta de inversión la pueden emitir tanto las administraciones públicas como las empresas, aunque son mucho más conocidas las primeras que las segundas.
Cuando hablamos de renta fija se suele hablar de letras, bonos u obligaciones.
•Letras del Tesoro: 3, 6, 9 y 12 meses
•Bonos: 3 y 5 años
•Obligaciones: 10, 15 y 30 años.
Riesgo: muy bajo. Rentabilidad: muy baja. Liquidez: conocida.
INVERSIÓN EN RENTA VARIABLE
Aquí la rentabilidad no está asegurada, existe la posibilidad de obtener un beneficio elevado, pero también de perder todo lo invertido; dependerá de la evolución de la empresa.
El ejemplo más conocido de valor de renta variable son las acciones.
La adquisición de acciones (títulos representativos de un porcentaje del capital social de una empresa) confiere a su dueño la condición de socio propietario de una empresa.
En este caso la rentabilidad se puede obtener de dos formas:
• A través del reparto de dividendos (cada socio recibirá un porcentaje de beneficio en correspondencia a su porcentaje de participación en el capital social)
• Vendiendo las acciones a un precio superior a su compra. En ocasiones esta transacción se hace en la Bolsa.
Riesgo: alto. Rentabilidad: alta. Liquidez: desconocida.
Mañana empezaremos a ver el funcionamiento básico de la bolsa, que es el principal mercado de acciones.
Levantemos esto en la medida de lo imposible.
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