viernes, 3 de abril de 2020

PROPUESTA DE MEDITACIÓN 0. INTRODUCCIÓN.


(Os escribía en mi despedida de hace unos días que... "Algunos, a veces, me decís que estaría bien aprender a meditar. Y es cierto. Lo urgente, casi siempre, nos priva de lo esencial.
A lo largo de estos días y sólo para aquellos que queráis seguirlo, voy a colgar algunas pequeñas sesiones de meditación. Primero explicaré cómo se hace y después pasaremos a la acción. Así de simple.

Una de mis reflexiones de estos días es que no debemos perder el tiempo de la vida en llegar más alto, sino en llegar más hondo. 

En fin. La vida, que sigue saliendo al encuentro".)


Meditar es ser consciente de la existencia. Dejarse ser y estar.

No hay que buscar nada en la meditación. Lo que obtengamos, si es que obtenemos algo, será un regalo. Por lo tanto, no hay objetivos, ni premios, ni rutas.

A la meditación se llega meditando. Y no se medita sobre algo. Meditar no es pensar o reflexionar. Meditar es estar atento al ser. Y estar atento al ser poco a poco, despacio, con el correr de los días, siendo constante. Meditación es todo lo contrario a lo inmediato. En cierto modo -metafórico-, meditar es dejarse caer.

No os quiero engañar: no soy un especialista. Lo poco que sé, lo he aprendido de mi propia y pobre experiencia y de un pequeño libro -creo que no llega a 100 páginas- titulado Biografía del Silencio, de un tal Pablo d´Ors. Lo del "tal" es una forma de hablar: es escritor, consejero cultural del Papa y no sé cuántas cosas más.

No esperéis grandes lecciones aquí. Lo que aprendáis lo vais a descubrir vosotros mismos.

Eso sí: no os asustéis si, al parar, algún día -o muchos- os sentís mal. Primero, ya veréis como otros muchos os sentís bien. Pero, por otra parte, es que cuando nos dejamos caer en nuestro interior, nos encontramos con lo que realmente somos. Y somos cosas maravillosas y también cosas no tan buenas.

Sólo deciros, y con esto termino, que estoy totalmente convencido de que, como dice un salmo de la Biblia, somos dioses (Salmo 82). Somos hijos de la Luz -esto también lo dice la Biblia-. Es decir: guardamos una Luz dentro.
Meditar es descubrirla.

Bienvenidos.

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