martes, 5 de mayo de 2020

FILOSOFÍA. FREUD HOY. 05/05/2020.

Me he tropezado hoy con un artículo muy interesante que reflexiona sobre la actual crisis del COVID 19 a la luz del ELLO-YO-SUPERYÓ de Freud. 
Por favor, leedlo con atención...

Hace unos días, llamó mi atención un meme que circula en Facebook; poco después apareció su antagónico.
El primer meme es una imagen donde se lee lo siguiente: Si no sales de esta cuarentena con un libro leído, una habilidad nueva, un nuevo negocio o más conocimientos que antes, nunca te ha faltado tiempo, solo disciplina.
El segundo, es la misma imagen con la frase anterior tachada y con una segunda frase: Vive esta situación como desees, a la única persona a la que debes complacer es a ti.
En las redes sociales es común encontrarse este tipo de infografías, al parecer tienen la buena intención de hacer reflexionar a los cibernautas; sin embargo, lo que se filtra en ellas son mandatos morales, que en muchos casos refuerzan la disposición psíquica del individuo, quien estará de acuerdo a la frase según le convenga; a otros sujetos puede provocar confusión o conflicto.
La carga moral
Ambas tienen un ideal; la primera, que por estar cercano a las exigencias de los padres llamaré paterno (o materno -según sea el caso-); la segunda apunta a un ideal, al del Yo, que corresponde a la tendencia, originaria de la vida anímica de permanecer exento de estímulo.
En ambos ideales es una operación del propio Yo (el engaño); ésta jugará una función importante en la afinidad de una u otra frase. Imaginemos a la vida psíquica estructurada como el sistema de gobierno mexicano con sus tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
La estructura del alma
La analogía no es precisa, pues no corresponde exactamente a la lógica y dinámica de la psique, sólo es para resaltar que el alma se divide a manera de ejemplo en tres poderes: Uno que es un todo, llamado Ello; otro, el Yo, una pequeñísima parte que por estar en contacto con las exigencias del mundo exterior (entre ellas, los ideales paternos) se parcela dentro del ello; un tercero que se forma dentro de esta parcela, el superyó, que sirve de mediador entre las exigencias del ello, del yo y del mundo exterior, y que en muchas ocasiones se comporta como consciencia moral.
Es decir, el superyo es creación del Yo y una parte de él; de esta manera logra negociar entre las exigencias paternas, las internas, sin renunciar a sus propias ganancias.
Reflexión
Si nos atenemos al supuesto que toda acción del individuo está permeada por la dinámica de la vida psíquica, las dos frases obedecen a ella; es decir, en ambas el Yo sale ganando. En ocasiones, el Yo enferma en aras de lograr conciliación a las tres demandas y de no lograr un equilibrio.

Levantemos esto en la medida de lo imposible.

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